El camino

El camino era distinto, había que encontrar un nuevo hogar, tras sus pasos tan solo quedaba tierra quemada, cenizas. El joven Niadel no quería marcharse, así que continuaba visitando las cenizas de aquella tierra, mientras descubría nuevos horizontes; la batalla se encontraba nula y comenzaba a perder el gusto por la misma, pensando en todo aquello, se sentó -¿Cómo fué?- se preguntaba, y así pasaron las horas, hasta quedar dormido...

-Niadel, ¿estás ahí? -Preguntó una voz.
-¿Eh? -Sorprendido Niadel miró haci su alrededor-, ¿Quién es?
-Me alegra que estés, la batalla se acerca -contestó la voz-, te necesitamos.
-Deja que pueda verte, ¿Quién eres?
-Pronto todos moriremos, todos nosotros -continuaba explicando-, pero hay una salvación.
-¿Pero qué? -Preguntaba Niadel al viento.
-¿No la has recibido?
-¿Qué he de recibir. quién eres?
-Nos vemos pronto, consíguela para entonces -finalizó aquella voz.
-¡Espera! -Gritó Niadel, nadie contestó.

"¿Conseguir el qué? ¿Hay una salvación? ¿Quién es?" Entre aquellas dudas, Niadel despertó en el mismo lugar donde se había sentado, "¿Un sueño?" Ante el misterio, salió en busca de respuestas, en busca del camino.

"Si hay una salvación, quizás sea para esta tierra, he de encontrarla, quizás si les encontrara..." Se dirigió en su busca con aquel pensamiento, todo un alivio aquel misterio, el camino sería encontrarles, el fin sería incierto, pero en algún lugar estaría la respuesta, quizás en aquella voz ó, mejor aún, en lo que había de recibir...